Tú lo significas TODO

A la orilla del mar, dándole la espalda al mundo, cogidos fuertemente de la mano, regalándonoslo todo. En silencio, con calma, nos giramos lentamente hasta quedar paralelos, inclinas tu cabeza para mirarme y yo levanto mi vista para clavarla en tus ojos verdes. Te miro y te siento, todo me parece insignificante si estás tú. No se trata de todo el tiempo que he perdido o malgastado, de las lágrimas ni de los malos ratos; se trata de ti y de mí. Me sorprende ver en tu mirada que compartes mis sentimientos, que el inmenso mar te parece poco para regalarme a mí, que me quieres. Tú significas las llaves a mi nuevo mundo, a cada esperanza que mi cuerpo alberga. Tú siempre estás ahí, enseñando a reinventar los significados de cada una de las palabras del planeta, plantando ilusiones en mi boca con tu lengua, rozando el infinito azul con cada apretón. Me haces sentir especial, feliz, querida. Tú cargas con el peso de mi futuro y, es más, casi me pides que te deje formar parte de él y yo, deliberadamente, te ruego que te quedes a mi lado. Tu presencia es la única forma de vida que conozco. Yo no sabía que tú eras para mí y he tardado en comprenderlo pero, al fin, tú me has echo caer en la cuenta. Recojo con mi mirada cada recuerdo y, ¿sabes qué? Tú estás ahí. Estás en mi clase y en mi casa, a la salida de la academia, en mi rincón favorito de la ciudad, estás en las risas y las lágrimas, en las ilusiones y en las decepciones. Estás en un abrazo efímero y en un beso eterno, en la mano que encontré tendida para mí. Estás.