domingo, marzo 18

Porque te quiero.

Contigo no fui rápida, te dejé jugar. No quise que me conquistaras ni que me entendieras, que yo soy muy mía y me daba mucho miedo volver a sufrir pero tú me enamoraste. Fuiste, eres, la caricia certera que incendió mi corazón y es que, todo lo descompuesto, puede volver a su lugar. Y mi lugar eres tú, eres tú a cada momento. Tú y tu paciencia infinita y ésa manera de hacerme cosquillas sin llegar a tocar mi piel. Tú que abres cada poro y te metes en mí para hacerme sentir que pertenezco a este planeta, que pertenezco a este mundo que sigue vivo porque tú sigues en él. No sé cuántas veces me negué a enamorarme, cuántas veces me aterró la idea de quererte así. Es que era algo tan fuerte que no sabría como resistir a ello, como sobrevivir sin ti. Tú importas porque estremeces mi sonrisa y aclaras las bifurcaciones. Contigo nunca estoy perdida aunque me hallan vendado los ojos porque sé que nada malo me puede pasar mientras camine de tu mano. Y aunque nunca hable de amor, que ya sabes tú que a mí las palabras bonitas no me salen, que prefiero la tristeza que da mucho menos miedo, hoy hablo de amor para ti, por ti, porque te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario