sábado, diciembre 24

Bo Nadal

Él sabe besar con el corazón como ningún otro. Abre las puertas con sus sonrisas, que encandilan y enamoran por doquier. Él sabe callar para decirlo todo y hacer que en el cielo florezcan las rosas y los te quiero. Él sabe hacerme sentir en otro planeta metiéndome en su cama, ahogándome en su cuerpo. Él sabe contar historias no inventadas, contar pasiones con sabor a mermelada de melocotón. Él me sabe como nunca me supo ningún otro, sabe a café y sabe mis secretos y mis miedos y ése punto en mi corazón que debe tocar para que me estremezca de amor, amor por él. Nunca fue como los otros, nunca, pero es que cada vez lo es menos a medida que va siendo más para mí. No sabría cómo definirlo porque él es mi excusa perfecta para levantarme todos los días de la cama, porque el mundo, sin él, no sería mío. Él es mi navidad, la de cada día, la de las sonrisas disparadas y la felicidad, la de las luces de colores, la de las cenas en familia y los villancicos, la de todos los Santa Claus, Papá Noel y Reyes Magos que viven repartidos por la faz mundial. Él es mi navidad, la de las nieves y los esquís, la de los días fríos que se curan con abrazos, la de cocinar mazapanes y acabar con harina donde no debería haberla. Él es mi navidad, el motor que mueve mi mundo, mi lugar feliz, mi estación favorita, los veintiunos de mi vida. Él es el lugar en el que quiero estar.


Feliz Navidad, vida mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario